Es domingo y sigo en la calle, no sé que va a ocurrir, espero que todo acabe pronto, me sigue mi diario y mi pluma, lo único con lo que pude llegar, como si se necesitara ver lo que un don nadie hacia en su juventud.
Parece que hubiera sido ayer, para mi no han pasado más de quince días, todos están alborotados y muchos andan con camisetas blancas y con flores del mismo color, dicen que es el día de las victimas y al parecer han sido muchas desde que estaba consciente.
Pero la víctima que movió masas está en un juego raro de pensamientos y creencias, se supone que Gaitán vestido de traje y ayudando a los que podía fuese un hazme reír de la juventud, parece que nadie lo recuerda ya. Recuerdo su altivez, su voz, su potencia, creía en todos y esos fueron los que le fallaron, porque cuando él se fue se dejaron llevar por las mentes sagaces de los amigos de mis colegas y ahí no hubo nadie que los guiara más que el mismísimo Putas, lo siento, creo que ya a nadie le importará lo que lea, hace años no le doy a nadie este cuadernillo.
Camino y veo banderas blancas, caras largas y el mismo desasosiego de hace ya casi 70 años, no ha cambiado nada, bueno hay más gente, más edificios, más tecnología, pero en esencia no ha cambiado nada.
No tiene sentido seguir escribiendo.